OFTALMOLOGÍA PEDIÁTRICA

Especialistas en oftalmología infantil

La salud visual en los niños es fundamental para asegurar un desarrollo integral y equilibrado. Detectar y tratar a tiempo cualquier problema en los ojos puede marcar una gran diferencia en su aprendizaje y bienestar social.

Importancia de las revisiones oftalmológicas en niños

Detectar problemas visuales a tiempo. Las visitas regulares al oftalmólogo son esenciales para identificar condiciones como el ojo vago (ambliopía), el estrabismo o los errores refractivos (como miopía, hipermetropía y astigmatismo). Cuando estos problemas se detectan en sus primeras etapas, es mucho más fácil tratarlos y evitar que afecten a largo plazo el desarrollo del niño.

 

Desarrollo visual y crecimiento saludable. La visión es un pilar fundamental en el crecimiento de un niño. Desde pequeños, los niños usan la vista para moverse, explorar y aprender. Si hay algún problema visual sin corregir, puede dificultar su capacidad para jugar, participar en actividades físicas y desarrollar habilidades motoras finas, limitando así su potencial.

Solicita información

Pide cita o solicita información rellenando el formulario de contacto o llámanos al 966 57 29 18

Tratamientos y correciones

Preguntas Frecuentes sobre Patologías Pediátricas

¿Cuáles son los signos que pueden indicar problemas visuales en bebés menores de dos años?

Los bebés con problemas visuales en ambos ojos pueden mostrar signos como no fijar la mirada, no mirar a los ojos, acercarse mucho a los objetos o tener dificultades para coger cosas pequeñas.

En casos en los que solo un ojo tiene un defecto, es más difícil de detectar, ya que el niño puede compensar con el ojo sano y no quejarse. Sin embargo, si los padres tapan el ojo sano y el niño llora, puede ser una señal de que el otro ojo no está funcionando bien. Otros indicios incluyen manchas blancas dentro del ojo, ojos que se desvían hacia adentro o afuera, o movimientos rápidos y repetitivos en los ojos.

Si no hay sospechas de problemas visuales, la recomendación general es llevar al niño a una revisión alrededor de los 3 o 4 años, cuando comienza a colaborar mejor durante el examen y ha iniciado el proceso de lectura. En ese momento, la detección de cualquier problema puede ser más precisa.

Si existen enfermedades oculares en la familia (como estrabismo, ojo vago, glaucoma o desprendimiento de retina), es conveniente adelantar la revisión.
Y en casos de antecedentes significativos de miopía, hipermetropía, astigmatismo también es recomendable realizar una revisión antes de los 4 años, o de inmediato si hay sospechas de algún problema.

Incluso en niños pequeños que aún no hablan, existen pruebas sencillas para evaluar la visión. Los oftalmólogos utilizan pruebas como seguir objetos, mirar dibujos o rayas que cambian de sitio, o recoger pequeños objetos del suelo. En casos especiales, también se pueden realizar pruebas objetivas, como los potenciales evocados, que son similares a un electroencefalograma, aunque no se utilizan con frecuencia. En la mayoría de los casos, los oftalmólogos confían en la exploración visual para determinar si el niño necesita corrección.

Incluso en niños pequeños que aún no hablan, existen pruebas sencillas para evaluar la visión. Los oftalmólogos utilizan pruebas como seguir objetos, mirar dibujos o rayas que cambian de sitio, o recoger pequeños objetos del suelo. En casos especiales, también se pueden realizar pruebas objetivas, como los potenciales evocados, que son similares a un electroencefalograma, aunque no se utilizan con frecuencia. En la mayoría de los casos, los oftalmólogos confían en la exploración visual para determinar si el niño necesita corrección.

Incluso en niños pequeños que aún no hablan, existen pruebas sencillas para evaluar la visión. Los oftalmólogos utilizan pruebas como seguir objetos, mirar dibujos o rayas que cambian de sitio, o recoger pequeños objetos del suelo. En casos especiales, también se pueden realizar pruebas objetivas, como los potenciales evocados, que son similares a un electroencefalograma, aunque no se utilizan con frecuencia. En la mayoría de los casos, los oftalmólogos confían en la exploración visual para determinar si el niño necesita corrección.

Incluso en niños pequeños que aún no hablan, existen pruebas sencillas para evaluar la visión. Los oftalmólogos utilizan pruebas como seguir objetos, mirar dibujos o rayas que cambian de sitio, o recoger pequeños objetos del suelo. En casos especiales, también se pueden realizar pruebas objetivas, como los potenciales evocados, que son similares a un electroencefalograma, aunque no se utilizan con frecuencia. En la mayoría de los casos, los oftalmólogos confían en la exploración visual para determinar si el niño necesita corrección.

Lo ideal es que los niños que necesiten gafas las usen hasta los 10-12 años, cuando el desarrollo visual está prácticamente completo. Más adelante, entre los 18 y 20 años, es posible considerar opciones como la cirugía refractiva para corregir problemas como la miopía o hipermetropía.

Sí, los niños pueden usar lentes de contacto a partir de los 9 o 10 años, siempre que se aseguren de mantener una correcta higiene. Las lentillas pueden ser una buena opción para niños que practican deportes o que no se sienten cómodos con gafas.

El parche para el ojo vago (ambliopía) debe colocarse directamente sobre la piel del ojo sano durante las horas indicadas por el médico. Es importante cambiar el parche diariamente. Si aparece irritación en la piel, puede aplicarse una crema hidratante

  • Si el niño se quita el parche, los adultos deben volvérselo a colocar de inmediato. El parche no debe convertirse en un juego.
  • Haga del uso del parche una rutina diaria. Sea constante para asegurar que el tratamiento sea efectivo.

El tratamiento del ojo vago o ambliopía depende de la edad y gravedad de la afección. En niños menores de 7-8 años, la probabilidad de recuperación completa es muy alta. El tratamiento más común es el uso de un parche sobre el ojo sano, aunque también pueden utilizarse colirios como la atropina para desenfocar temporalmente el ojo sano. El objetivo es estimular el ojo con peor visión para que mejore su función visual.

La mayoría de los niños terminan aceptando las gafas o el parche cuando notan que ven mejor con ellos. Sin embargo, si el niño se resiste, trate de motivarlo hablando de personajes conocidos que usen gafas o incluso utilizando el parche como parte de un juego (como hacer referencia a los piratas). Es fundamental ser firme, mantener una rutina y asegurarse de que el niño lleve las gafas o el parche todo el tiempo indicado por el médico.